El Infierno Imaginario

Un punto de vista personal sobre el mundo, la experiencia y la vida

Sexo y genero

Recientemente me ha llegado este ensayo por correo electrónico.

No os voy a indicar la fuente, a menos que él me lo autorice, por lo que de momento tendréis que conformaros con el texto en si.

El texto es amplio, más de lo habitual en un blog, pero lo considero lo bastante interesante como para reproducirlo de forma integra:

GÉNERO versus SEXO

¿Violencia de género? o ¿ Violencia contra la mujer / Violencia doméstica / violencia por razón de sexo ?

Muchas personas de buena voluntad e ingenua actitud, no muy bien informadas, utilizan el término «género» referido a las relaciones humanas como algo normal. Se imaginan que «género» es sólo otra manera de referirse a la división de la humanidad en dos sexos. No se dan cuenta de la carga ideológica que encierra y de que, sin quererlo, están haciendo publicidad y dando difusión a un concepto que choca -en realidad- con sus propias convicciones.

1. La ley de «violencia de género» y otras leyes socialistas

La «Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género», promovida por el gobierno socialista y aplaudida por las feministas más extremistas (que ahora callan ante el fracaso de su eficacia en la práctica), es -sobre todo- una ley ideológica. Detrás de ella subyace el empeño de la izquierda más radical por imponer la ideología de género.

Basta leer su exposición de motivos: «Se trata de una violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas, por sus agresores, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión». La ley parte de la idea de que la violencia contra la mujer es una condición estructural de la naturaleza masculina. O sea, que -según esta teoría- mientras haya masculinidad habrá violencia. Por eso, la ideología de género propugna abolir la masculinidad y la feminidad; según este ideario, habrá violencia mientras no se llegue a esa situación.

La ley limita su aplicación a la violencia que desarrolle el hombre contra la mujer, por un lado, y, por otro lado, a aquella violencia que aparezca exclusivamente en el ámbito marital o de relaciones afectivas similares. Lo dice en su artículo 1: «La presente Ley tiene por objeto actuar contra la violencia que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia».

No por estar el término en una ley es ya adecuado. Ha habido multitud de leyes inicuas. La presión ciudadana ha hecho cambiar muchas leyes. Hay que desaprobar y combatir el maltrato a las mujeres -y a toda persona-, pero no hay por qué aceptar sin más las implicaciones manipuladoras de esta ley.

La ideología de género se ha introducido fuertemente en el ordenamiento jurídico español en los últimos cuatro años, más que en otros países occidentales. Es la tesis de María Lacalle Noriega, profesora de Derecho Civil de la Universidad Francisco de Vitoria (Madrid), expuesta durante la Jornada sobre Ideología de Género organizada el pasado 16 de febrero de 2008 por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales.

Leyes como la del «matrimonio homosexual«, la ley contra la «violencia de género«, la implantación de las asignaturas sobre «educación para la ciudadanía«, e incluso regulaciones que han tenido menos repercusión como la del «cambio de sexo» en el Registro Civil, suponen una implantación formal de esta ideología en España, que previsiblemente se reforzaría con una introducción de los «derechos reproductivos» si se modificara la ley del aborto.

Según esta investigadora, la ideología de género ha logrado imponerse en España en tres ámbitos legislativos clave: la identidad personal, la familia y la educación. (Sobre la educación tratamos en el apartado 6 de este breve ensayo).

2. «Género» contra «sexo«

La expresión violencia de género es la traducción del inglés «gender-based violence» o «gender violence», expresión difundida sobre todo a raíz del Congreso sobre la Mujer celebrado en Pekín en 1995 bajo los auspicios de la ONU, donde consiguieron imponer sus criterios y su lenguaje las feministas de género o feministas más radicales, por la permisividad y negligencia del resto de congresistas. Así lo afirma, entre otras, Dale OLeary, autora de numerosos ensayos sobre la mujer, y participante en la Conferencia de Pekín. (Curiosamente, la Ley 1/2004 hace referencia a esta cumbre).

La ideología de género no ha sido adoptada por los movimientos feministas en su conjunto, sino solamente por las corrientes feministas más radicales. Como dice la tratadista Christina Hoff Sommers, «El feminismo de equidad es sencillamente la creencia en la igualdad legal y moral de los sexos; una feminista de equidad quiere para la mujer lo que quiere para todos: tratamiento justo, ausencia de discriminación. Por el contrario, el feminismo del género es una ideología que pretende abarcarlo todo, según la cual la mujer está presa en un sistema patriarcal opresivo».

En el idioma inglés se documenta desde antiguo un uso traslaticio de «gender» (género) como sinónimo de «sex» (sexo),[] sin duda nacido del empeño puritano en evitar este vocablo. (Aprovechando este paralelismo empezaron a introducir su ideología los del «género»). Sin embargo, en español las palabras tienen género (y no sexo), mientras que los seres vivos tienen sexo (y no género). En español no existe tradición de uso de la palabra «género» como sinónimo de «sexo«. Por ello, la utilización aparentemente inocente de «género» cuando nos estamos refiriendo a los dos «sexos», es una muestra de la habilidad de manipular el lenguaje que tienen esos grupos sociales, con la pasividad benevolente de muchos de los demás.

El uso de «género» referido a las relaciones sociales y culturales fue introducido hábilmente en el mundo anglosajón por algunas feministas radicales, ayudadas por determinados sicólogos y antropólogos, que han desarrollado una «ideología o filosofía de género», defendida y propagada por partidos y movimientos sociales llamados «de izquierdas», basados en ideologías marxistas-comunistas y antisistema.

¿Somos hombre o mujer por naturaleza o por elección personal? La filosofía de «género» utiliza el término «género» en lugar de «sexo» porque niega la distinción natural entre hombre y mujer, alegando que todo es consecuencia de la sociedad.

3. Carga ideológica del término «género«

La palabra «género» conlleva una gran carga ideológica, como estamos analizando.

La filosofía o ideología de género incluye ideas de diferentes corrientes de pensamiento filosófico y psicológico. Se fundamenta en el materialismo; no en el humanismo. Tiene su raíz en el marxismo. Gran parte de sus ideas se encuentran casi textualmente en Kart Marx y Frederick Engels; otras tienen su trasfondo en Nietzsche y en Sastre.

Un ejemplo. Frederick Engels en su libro «El origen de la familia, la propiedad y el Estado», escrito en 1884, señala: «El primer antagonismo de clases de la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer unidos en matrimonio monógamo, y la primera opresión de una clase por otra, con la del sexo femenino por el masculino«.

La perspectiva del género es un paso más en la utopía marxista de la igualdad social a base de destruir lo que es desigual. Antes se trataba de destruir las clases sociales y ahora de destruir la masculinidad y la feminidad.

Así lo afirma, entre otros tratadistas, Dale O’Leary: «la ideología de género se basa en una interpretación neo-marxista de la historia». Comienza con la afirmación de Marx, de que toda la historia es una lucha de clases, de opresor contra oprimido, en una batalla que se resolverá sólo cuando los oprimidos se percaten de su situación, se alcen en revolución e impongan una dictadura de los oprimidos, la dictadura del proletariado.

Esta ideología, pues, pretende destruir la diferencia de clases y, más aún, la diferencia de sexos. Así podemos leerlo en los escritos de Shulamith Firestone, significada «feminista de género»: «La meta final de la revolución socialista era no sólo acabar con el privilegio de la clase económica, sino con la distinción misma entre clases económicas; la meta definitiva de la revolución feminista debe ser igualmente -a diferencia del primer movimiento feminista- no simplemente acabar con el privilegio masculino sino con la distinción de sexos misma».

4. Qué implica la «ideología de género«

Bajo el pretexto de igualar al hombre y a la mujer, la aplicación de la política de género quiere hacer desaparecer la masculinidad y la feminidad, alterando lo natural, inventando un ser humano asexuado, que podrá elegir su propio sexo a su gusto.

Esta filosofía parte de una antropología dualista que separa en la persona humana su dimensión corporal de su dimensión psicológica y espiritual, lo cual lleva a defender que la identidad genérica no está determinada por la identidad sexual, sino que depende de la psicología de cada uno y de la cultura en la que vive. Además, la persona es completamente autónoma y la libertad una fuerza absoluta: en consecuencia, cada uno puede construirse como quiera: como varón, como mujer, como «neutro», independientemente de su naturaleza sexual.

La ideología de género no busca en realidad la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, aunque «parece» que sea así. Su fin verdadero es más profundamente filosófico y existencial: destruir la distinción natural entre hombre y mujer. Para los defensores de esta teoría, en este terreno no vale lo que la «naturaleza» ha hecho, sino que hay que combatir a la naturaleza, a pesar de ser tan «ecologistas» en otros terrenos menos humanos.

Porque no se nace hombre o mujer. La atracción heterosexual es aprendida, no innata. El instinto maternal no existe… (Schooyans dice que la filosofía de «género» intenta «desmaternizar» a la mujer). Busca, pues, cambiar la relación hombre-mujer y para ello no esconde su propósito de destruir el concepto actual de familia. Pregona que la familia es fruto de la sociedad decadente de nuestros tiempos y del devenir histórico, que asegura la desigualdad del hombre con la mujer. Hay que estructurar un nuevo tipo de unión «familiar», normalizar el matrimonio entre dos personas del mismo sexo y la adopción de niños por homosexuales, promover diferentes formas de contacto sexual como parte de la igualdad.

Hay que destruir las estructuras actuales y crear otras nuevas. No basta cambiar, hay que hacer una nueva sociedad, generar sus propios valores. Pero los valores son relativos. Lo bueno y lo malo no existe por sí mismo, no es algo objetivo; todo es relativo y circunstancial.

Toda la moral es subjetiva y relativa, y queda librada a la decisión del individuo; desaparece la diferencia entre lo permitido y lo prohibido, entre el bien y el mal. La religión es una opresión y hay que acabar con ella.

La filosofía del género es una hábil maquinación mental que nos recuerda más a las argumentaciones de los sofistas que a una correcta forma de plantear problemas existenciales.

5. La batalla del lenguaje

Esta filosofía utiliza el lenguaje como vehículo camuflado para ir inoculando su ideología.

La filosofía del género tiene claro que hay que cambiar el léxico si se desea cambiar la mentalidad: «Los fonemas son en última instancia el fundamento de la cultura, de las cuales se desprende el léxico y la sintaxis, y de la cuales, a su vez, depende nuestro conocimiento de la realidad, determinado por las palabras que utilizamos.»

Los proponentes de esta ideología usan sistemáticamente un lenguaje equívoco para poder infiltrarse más fácilmente en el ambiente, mientras habitúan a las personas a pensar como ellos.

Por ello, quieren eliminar el lenguaje actual en lo referido a temas masculinos y femeninos, y cambiar todos los términos en masculino plural, que implican tanto a hombres como a mujeres; por ello utilizan ellos y ellas, españoles y españolas, vascos y vascas, etc. Según esta filosofía de género, en el lenguaje sexista se evidencia la posición de inferioridad o subordinación de la mujer.

6. El «género» en las asignaturas de Educación para la Ciudadanía

Esta asignatura o «espacio de reflexión» como la llama la LOE (Ley Orgánica 2/2006 de Educación) incluye, en realidad, cuatro asignaturas con diferentes denominaciones según las etapas:

a) «Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos», que se impartirá en dos etapas diferentes: En uno de los dos cursos del tercer ciclo de Primaria (art. 18.3 LOE) y en uno de los tres primeros cursos de la ESO (art. 24.3 LOE). En Andalucía se ha empezado a impartir en 5º de Primaria y en 3º de ESO.

b) «Educación ético-cívica», que se impartirá en 4º de la ESO (art. 25.1 LOE).

c) «Filosofía y ciudadanía» que se impartirá en un curso de Bachillerato (art. 34.6 LOE). En Andalucía será en 1º, como asignatura obligatoria, común a todas las modalidades de bachillerato.

En «Educación para la Ciudadanía» subyace una antropología basada en la filosofía de género, que sostiene que cada uno puede elegir su propia identidad y orientación sexual con independencia de su sexo biológico. Además, se insiste machaconamente en la diversidad afectivo-emocional y en la posibilidad de elegir la propia identidad de género y orientación sexuales. De ahí que a los adolescentes se les anima a probar las relaciones homosexuales al igual que las heterosexuales, para ir construyendo su propia sexualidad.

Rechaza cualquier diferenciación entre varón y mujer, llegando a identificar desigualdad con discriminación. Esta confusión ha sido puesta de relieve y señalada como errónea por el Consejo de Estado en sus Dictámenes sobre los textos legales que regulan la asignatura.

En la asignatura Educación para la Ciudadanía esta filosofía está presente en todas las etapas, especialmente en la ESO.

El Estado, inmiscuyéndose de manera escandalosa en el derecho de los padres a la educación de sus hijos, asume la competencia de educar la afectividad de los niños.

La Ley de Violencia de Género y esta asignatura son unas piezas más del engranaje que pretende el gran objetivo: Controlar las mentes, empezando por los niños, futuros ciudadanos, para anular cualquier posibilidad de respuesta a la imposición totalitaria de un único proyecto social y moral, en el que todos han de pensar de igual modo o quedarse fuera, marginados de «su sociedad».

7. Violencia «doméstica«

La Real Academia de la Lengua recomienda el uso de violencia doméstica o violencia por razón de sexo para referirse a este tipo de violencia.

El calificativo «doméstica» viene del latín «domus», que no tenía solamente el significado de «casa», sino un sentido más amplio de todo lo referente a la familia y a sus relaciones afectivas.

La violencia doméstica es la que tiene lugar, por tanto, en el ámbito familiar, en un sentido amplio, no sólo entre las cuatro paredes de una casa. Comprende, pues, todos aquellos actos de violencia -física y psíquica- que perpetra al menos un miembro de la familia contra otra persona que mantiene con el sujeto activo una relación familiar o de análoga afectividad. Sus principales víctimas son mujeres, niños y/o personas dependientes.

El término de violencia doméstica engloba a todos los posibles integrantes de la familia y no sólo a la mujer -como sujeto pasivo– respecto del marido o compañero sentimental -como sujeto activo- (que es lo que hace la ley socialista 1/2004). Además, la expresión «violencia doméstica» tiene la ventaja de aludir, entre otros aspectos, a los trastornos y consecuencias que esa violencia causa, no sólo en la persona de la mujer, sino en todos los miembros del hogar en su conjunto.

8. Conclusión

No utilicemos la expresión «violencia de género» -a no ser que estemos de acuerdo con todas sus implicaciones ideológicas-. No perdamos la batalla del lenguaje por inercia o dejadez.

Seamos conscientes de que el uso de ciertas palabras como «género» contribuye a difundir y a «hacer normales» ideas y concepciones de la vida y de la sociedad que seguramente no compartimos. No le hagamos el juego a filosofías contrarias a nuestra propia «filosofía de la vida». No seamos propagandistas inconscientes de ideologías que no profesamos.

No creamos que por estar en una ley el término ya es correcto. A lo largo de los tiempos ha habido multitud de leyes injustas. Ayudemos a erradicar el maltrato a las mujeres, pero no aceptemos sin más las implicaciones ideológicas de esa ley.

Cuando queramos referirnos a los actos agresivos en el seno de la familia, o entre personas con relación afectiva, utilicemos «violencia doméstica» (que tiene un significado más amplio que el de sólo «dentro de la casa», como ya se ha explicado) o empleemos otra expresión similar, pero descartemos de nuestro vocabulario el término «género» (a no ser que hablemos de gramática).

El asunto tiene más trascendencia del que a primera vista parece. «El mal» se propaga porque «el bien» se lo permite. Los «malos» prosperan porque «los buenos» les dejan.

(Si se desea un lenguaje más cotidiano, puede traducirse «el bien» y «los buenos» por «los condescendientes y qué más da» y «los que siguen la corriente, pasando de oponerse a nada»).

lunes, 31 - marzo - 2008 - Posted by | Politica |

6 comentarios »

  1. Ante todo, el contenido del archivo anterior, es un ensayo serio, profundamente social y político, sobre un asunto que afectará a las vidas de generaciones presentes y futuras, no lo deseches, no lo eches en olvido; no pienses que es uno más. No es basura. Es un pequeño libro, un manual con unas explicaciones muy claras sobre temas que se nos escapan o que no nos explicamos; ahora podrás saber de qué van muchas cosas que están ocurriendo y que nos pueden parecer inocuas, pero que son enormemente peligrosas, como el qué, el gobierno pueda manipular y condicionar, a través de la enseñanza, la concepción sexual de las vidas de nuestros hijos y nietos y su propia sexualidad.

    Amigos y compañeros preocupados por el avance de la ideología marxista en el terreno de las relaciones sociales, de los principios y de los valores, camuflada de «buenismo» y de «igualdad», lo que conocemos por «retroprogresismo», de la que tan impregnada está la política del gobierno del «Pzapo», leed con tranquilidad, o a ratos si queréis, el adjunto archivo, es un ensayo (no mío propio) enormemente bien documentado, sobre las pretensiones y objetivos, ya logrados algunos y en marcha otros, para modificar todas las pautas de comportamiento de nuestros hijos y nietos, desnaturalizándolos, en pro de una sociedad asexuada, utópicamente «igualitaria», hasta el extremo de pretender conseguir erradicar la existencia natural de la diferenciación de sexos. LEED y RELEED, para que NO PERDAMOS LA PRIMERA BATALLA » LA BATALLA DEL LENGUAJE » y poder así ganar la siguiente: «EVITAR LA MANIPULACIÓN IDEOLÓGICA» al servicio de este «seudosocialismo» amorfo y relativista, dónde – desde el todo vale, es y da igual – conviertan a las generaciones venideras en «adeptos» / «adictos» (Proyecto también en marcha con «Educación para la Ciudadanía»). Por favor, no te contentes con esto, SIGUE DOCUMENTÁNDOTE, LEE, DESCUBRE Y DIVULGA estas enseñanzas por todos los medios a tu alcance. Con tu valiosa ayuda, el bien y el sentido común triunfarán. Muchas gracias, EFL.

    EN ESTA WEB ESPERAN TUS VALIOSAS APORTACIONES Y TUS COMENTARIOS – No olvides pasar el archivo a todos tus amigos y conocidos preocupados por estos temas.IMPRÍMELO y deja copias a otros para que ellos hagan lo mismo.

    Comentarios por Eloy Fernández Lobo | lunes, 31 - marzo - 2008

  2. Gracias Eloy, por identificarte tan claramente como la fuente por la que me ha llegado a mi el interesante ensayo.
    Por otra parte si tienes mas datos que aportar sobre su origen siempre serán bienvenidos.

    Comentarios por lustorgan | martes, 1 - abril - 2008

  3. […] cuanto al título me reafirmo en él ya que las personas tenemos sexo claramente definido, al menos en la mayoría, y solo son las palabras las que tienen […]

    Pingback por El sexo en el bricolaje | iTecnicos.es | martes, 29 - abril - 2008

  4. […] son los buenos, son los mas propicios a la violencia… sea terrorista, callejera o domestica. Tag: Literatura y sociedadComparte este […]

    Pingback por Violencia y Fantasía | Fanfiction .es | lunes, 2 - junio - 2008

  5. Me parece un documento fantástico y muy bien desarrollado. Para muchos este tema (incidiendo de nuevo en la perversión en el lenguaje) no resulta desconocido pero en estos tiempos donde la abstracción predomina sobre el pensamiento crítico resulta una respuesta estupenda. ¡Mil gracias al autor!

    Comentarios por Vicente | martes, 11 - noviembre - 2008

  6. […] * El mensaje de tolerancia mutua y reciproca enviado a musulmanes, pero también a no creyentes que lo sitúa en una clara posición distinta frente a la progresía española y sus continuos ataques, amenazas y desprecios a la Iglesia, y aun más a la cultura cristiana, traducidos no solo en las continuas burlas y ataques a todo lo que represente la cultura cristiana, sino a absurdos como pedir la prohibición de símbolos cristianos en colegios mientras se fomenta el uso de otros símbolos religiosa, siempre que no sean cristianos, incluso cuando estos, como pasa con el pañuelo musulmán, implican una clara discriminación sexual. […]

    Pingback por Obama causa envidia (2) « El Infierno Imaginario | jueves, 22 - enero - 2009


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